Comparte

Durante el Siglo de Oro, el Caribe se convirtió en un objetivo estratégico para los piratas ingleses, conocidos como Sea Dogs o perros del mar. La consolidación de Hispanoamérica como parte del Imperio español convirtió al continente en uno de los botines más codiciados por parte de las potencias rivales, especialmente Inglaterra.

Los Sea Dogs, patrocinados por la reina Isabel I, recibían licencias para atacar las flotas españolas que transportaban las riquezas de América. Desde la perspectiva inglesa, estas acciones eran legales. Sin embargo, para la Corona española, no eran más que actos de piratería que amenazaban sus rutas comerciales.

Entre los corsarios más destacados estaban Francis Drake y John Hawkins, quienes dirigieron varios ataques contra territorios españoles. En enero de 1586, Drake saqueó la ciudad de Santo Domingo. Aunque era una de las más importantes del Nuevo Mundo, no contaba con grandes defensas. Desembarcó mil hombres, enfrentó a las fuerzas locales y, tras derrotarlas, tomó control de la ciudad, exigiendo un rescate a cambio de no destruirla por completo.

Por su parte, Hawkins, conocido también por su actividad como negrero, atacó repetidamente el Caribe español. En una de sus incursiones, en 1568, su flota fue emboscada en Veracruz durante la batalla de San Juan de Ulúa. Los españoles lo derrotaron, destruyendo varios de sus barcos y forzándolo a huir. Esta humillación avivó su odio hacia España y lo llevó a intensificar sus saqueos.

Otro ejemplo fue Henry Morgan, quien en 1671 lideró un ataque devastador contra la ciudad de Panamá. Con más de 400 hombres, destruyó la ciudad, causando cientos de muertes y consolidando su fama como uno de los piratas más temidos en el Caribe. A pesar de estos ataques, el sistema de flotas españolas, protegido por los famosos galeones, permitió a España mantener el control de sus territorios y defender sus rutas comerciales.

América, bajo el Imperio español, resistió los embates de los corsarios ingleses y continuó siendo un bastión de riqueza, cultura y poder en el Atlántico.