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La Casa de Contratación de Sevilla, fundada en 1503, fue el motor que impulsó el intercambio comercial y cultural entre España y América durante el siglo XVI. Situada en una ciudad efervescente, llena de marineros, mercaderes y sueños de aventura, esta institución gestionaba licencias de navegación, formaba pilotos expertos en cartografía y supervisaba la llegada de riquezas provenientes del Nuevo Mundo.

Más allá de los asuntos fiscales, la Casa de Contratación desempeñó un papel esencial en el desarrollo de la navegación y el conocimiento marítimo. Sus salones vieron nacer la epopeya de la primera circunnavegación del planeta, cuando Fernando de Magallanes defendió su proyecto de dar la vuelta al mundo, cruzando el puerto a diario para conseguir apoyo financiero.

Gracias a esta entidad, Sevilla se convirtió en el corazón palpitante del comercio transatlántico, uniendo Europa y América en una red de oportunidades sin precedentes. Su legado, marcado por el florecimiento cultural y económico de la época, se mantiene vivo como testimonio de la ambición y el ingenio que impulsaron la era de los grandes descubrimientos.

 

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