Lima cumple 490 años: de la Ciudad de los Reyes al esperado regreso de Pizarro

El 18 de enero de 1535, Francisco Pizarro fundó en el valle del río Rímac la ciudad que, en sus inicios, se conoció como Ciudad de los Reyes. ¿El motivo de su nombre? Un homenaje a la Epifanía, ya que los exploradores enviados por el conquistador partieron el 6 de enero. El lugar no fue escogido al azar: ofrecía suelos fértiles, un clima templado y una posición estratégica cerca del Pacífico, pero lo bastante alejada para protegerse de ataques piratas.

Con la colaboración de Diego de Agüero y otros compañeros, Pizarro diseñó personalmente la futura capital: 177 manzanas dispuestas en cuadrícula, con una majestuosa Plaza de Armas en el centro. Muy pronto, su puerto, El Callao, se convertiría en una importante vía de intercambio comercial con España, consolidando a Lima como eje político y económico del Virreinato del Perú. Eventualmente la ciudad asumió el nombre de "Lima", que significa “río hablador” en quechua.

Hoy, a 490 años de su fundación, la ciudad sigue sumando capítulos a su historia. La Municipalidad de Lima (@munlima) ha anunciado el regreso de la estatua de Francisco Pizarro, esculpida por Charles Cary Rumsey, al centro histórico. Será reinstalada en el pasaje Santa Rosa, devolviéndole su lugar en el corazón de esta urbe que, con cada aniversario, reafirma su legado cultural y su espíritu de transformación.

 

 

 


El origen español del Día de Acción de Gracias

Aunque todos conocemos la historia del Día de Acción de Gracias de 1621, cuando los peregrinos del Mayflower celebraron un banquete con los nativos Wampanoag, pocos saben que la primera cena de Acción de Gracias en América ocurrió más de 50 años antes, en 1565, en San Agustín, Florida. Fue allí donde los españoles, al fundar la ciudad más antigua de Estados Unidos, celebraron una misa y un festín de agradecimiento.

Lo curioso es que esta celebración no solo fue anterior a la de los peregrinos, sino que también involucró a los indígenas locales. La tribu Seloy participó en el evento, mostrando una temprana forma de cooperación entre los españoles y los nativos, mucho antes de que se diera la famosa relación entre los colonos ingleses y los Wampanoag en el noreste.

Este hecho es un recordatorio de que la presencia española en América se remonta a mucho antes de lo que muchos piensan. En 1513, Juan Ponce de León llegó a las costas de Florida, casi 100 años antes de la llegada del Mayflower. Así que, cuando celebremos este jueves, recordemos que el origen del Día de Acción de Gracias también tiene un toque español.

 

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¿Sabías que el Día de Acción de Gracias es una celebración de origen español?

Esta semana se celebra en Estados Unidos la festividad más importante del año: Acción de Gracias. Según la tradición, el cuarto jueves de noviembre se conmemora la comida compartida en 1621 entre los peregrinos (pilgrims) ingleses y los nativos  indios Wampanoag en Playmouth Rock (actual Massachusetts) para celebrar el fin de la cosecha de ese otoño. Sin embargo, esta es la tradición anglosajona y protestante. Porque la historia dice que la primera vez que se celebró Acción de Gracias fue 56 años antes, en Florida y de la mano de un español.

En agosto de 1565, el asturiano Pedro Menéndez de Avilés fundó el primer asentamiento europeo en Norteamérica en San Agustín (Florida). Ante el avance de los franceses, que amenazaban el establecimiento español en el nuevo continente con su presencia al sur de Carolina, los Reyes de España enviaron a Menéndez para defender sus posiciones. Pocos días después de su llegada, con la ayuda de la tribu saturiwa, Menéndez atacó Jacksonville, entonces Fort Caroline, y ejecutó a más de 50 prisioneros por intrusión en lo que se consideraba continente español.

El día 8 de septiembre de 1565, en señal de agradecimiento a su colaboración, Pedro Menéndez de Avilés compartió una gran comida y una misa con algunos de los nativos saturiwa que se encontraban en San Agustín. Un acto que se considera, según muchos historiadores y la tradición católica, el origen real de Acción de Gracias.

Para aquellos que no confían en esta versión de los hechos hay otra cita similar que sigue atribuyendo el origen de la celebración a los españoles. En 1598, 33 años después de la presidida por Menéndez de Avilés y 23 antes de la tradición más popular de Playmouth, el explorador español Juan de Oñate compartió un gran banquete con varios nativos a las orillas de Río Grande, tras más de 500 kilómetros de caminata por el desierto mexicano junto a ellos. Otro hito considerado el origen de Acción de Gracias que tiene a los colonos españoles como protagonistas.

A día de hoy, más de 450 años después, la creencia más extendida sigue teniendo la celebración de 1621 como la “verdadera”, sin embargo, muchos ciudadanos de Florida y el creciente auge de la comunidad hispana en Estados Unidos está llevando a muchos historiadores a interesarse por el origen español de un día clave en el calendario estadounidense. Un origen que pondría en relieve una vez más la influencia española en la fundación de los actuales Estados Unidos de América.


La huella de España en Hispanoamérica: apellidos que perduran en la historia

En Hispanoamérica muchos apellidos tienen su origen en España y siguen siendo comunes en millones de personas, reflejando la profunda influencia cultural española en la comunidad. Entre los más populares se encuentran: Torres, Ramírez, Sánchez, González, Pérez, Hernández, Martínez, López, Rodríguez y García.

Estos apellidos, de origen patronímico, derivan de nombres propios de sus antepasados, como Martín, Rodrigo y Hernán. La terminación "-ez" indica "hijo de", mostrando la conexión con las tradiciones familiares de la península ibérica.

En México, por ejemplo, el apellido Hernández lidera con más de 7 millones de personas que lo llevan, seguido de García, también con alrededor de 7 millones. En Colombia, por su parte, los apellidos más comunes son Rodríguez, Martínez, García, Gómez, López y González.

Estos apellidos son un testimonio de la historia y continúan siendo una parte importante de la identidad en muchos países de Hispanoamérica, donde perduran generaciones después de su llegada desde España.


La desconocida historia de la Malinche, clave en la historia de Hispanoamérica.

Malintzin, también conocida como La Malinche o Doña Marina, fue una mujer nahua fundamental en la conquista del imperio azteca. Como intérprete, consejera y amante de Hernán Cortés, desempeñó un papel crucial en la comunicación entre los conquistadores españoles y los pueblos indígenas.

A pesar de que su verdadero nombre se desconoce, su apodo deriva de un juego lingüístico: "Malina" para los indígenas y "tzin" (doña) como respeto, convirtiéndose en "Malintzin".

Su inteligencia y habilidad para aprender rápidamente español la hicieron indispensable en la diplomacia entre dos culturas completamente diferentes. Aunque su figura ha sido interpretada de diversas formas, muchos la consideran madre del mestizaje cultural que surgió tras la conquista.

Su legado, a menudo polarizado, refleja la complejidad de la historia que ayudó a escribir.


Cómo los hispanos cambiaron el mundo con una moneda: la historia del “Real de a Ocho”

Una de las mayores aportaciones del mundo hispano a la Historia fue la introducción de una de las primeras monedas de uso internacional en la historia del mundo.

El “Real de a Ocho”, también conocido como "peso hispano", fue una moneda de plata utilizada por España durante la era de la exploración. Su gran aceptación y versatilidad la convirtieron en una de las primeras divisas globales, facilitando el comercio y las transacciones en un mundo interconectado. De hecho, durante el siglo XVIII, representaba aproximadamente el 50% del dinero en circulación a nivel mundial.

En otras palabras, el Real de a Ocho fue la moneda que permitió que iniciara el proceso de globalización como lo conocemos hoy en día.

La moneda no solo sirvió como medio de intercambio, sino que además jugó un papel crucial en la financiación de la Guerra de Independencia de Estados Unidos. En un momento crítico, Carlos III de España autorizó un préstamo de 1 millón de reales de a ocho desde Cuba, que fue esencial para que George Washington y sus tropas continuaran su lucha contra los británicos. En total, los hispanos enviaron más de 16 millones de reales, sin los cuales la Revolución podría haber fracasado.

Tal fue el impacto del Real de a Ocho en Estados Unidos que, tras la independencia, esta moneda se mantuvo como parte integral de su sistema monetario de durante más de 70 años, donde fue conocida como "Spanish dollar".

Para dar a conocer esta historia Teresa Valcarce y Juan M. Muñoz—dos figuras clave en la divulgación de la historia hispana—han lanzado una nueva iniciativa que tiene como objetivo, precisamente, recordar el legado que dejó el mundo hispano en el proceso de globalización a través del Real de a Ocho.

La iniciativa incluye la creación de una réplica exacta del Real de a Ocho de 1776, que está disponible a la venta para los más curiosos. Con este proyecto, Valcarce y Muñoz buscan no solo resaltar la influencia hispana en la historia de América, sino también mantener vivo un legado que debe ser recordado y celebrado.

En este enlace (https://elrealdeaocho.com/) puedes encontrar más detalles de este importante proyecto.

 

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Las 12 razones para celebrar la hispanidad de TuLegado resuenan en los medios de comunicación

 

Varios medios de comunicación se han hecho eco de las 12 razones para celebrar el 12 de octubre que presentó The Hispanic Council a través de TuLegado. En una entrevista para ABC, Andrés Laguna, coordinador de The Hispanic Council y TuLegado señaló que el 12 de octubre fue "el comienzo de la construcción de una identidad compartida". Agregó que "la comunidad hispana está hermanada por un puente común: el idioma, la tradición y la cultura".

 

 

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"Es nuestro legado. Algo único para los que compartimos esta identidad y que nos separa del resto".

En TuLegado estamos convencido que la identidad hispana que comparten más de 500 millones de personas en el mundo, nos brinda un potencial increíble para construir también un futuro compartido de prosperidad y crecimiento para todos.

Medios como The Objective y El Debate también han replicado las 12 razones de TuLegado para celebrar la hispanidad.

 

 

 

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¿Por qué se celebra el Mes de la Herencia Hispana en Estados Unidos?

Hemos lanzado TuLegado en el marco de la celebración del Mes de la Herencia Hispana.

Esta es una efeméride que nació en Estados Unidos pero que, en los últimos años, ha recibido mucho auge y se ha popularizado alrededor del mundo.

En 1968, el presidente de Estados Unidos, Lyndon B. Johnson, firmó una ley que designaba la semana del 15 de septiembre como “Semana Nacional de la Herencia Hispana”. Casi 60 años después, la ciudadanía sigue celebrando ya no solo una semana, si no el Mes de la Herencia Hispana.  

Así, desde el 15 de septiembre hasta el 15 de octubre, coincidiendo con la celebración de las independencias de varios países iberoamericanos, como México, Chile, El Salvador, Guatemala, o Costa Rica, los ciudadanos estadounidenses reivindican las innumerables contribuciones de los hispanos a la historia, cultura y la economía de su país.  

Durante el Mes de la Herencia Hispana las instituciones federales del Gobierno de Estados Unidos, medios de comunicación, así como un gran número de empresas y universidades organizan actividades y programas a nivel nacional y local, festivales, desfiles, exposiciones de arte y conferencias que destacan la influencia de los hispanos en diversos campos, desde la política hasta la ciencia.

De entre los más de 336 millones de habitantes que conforman la población total de Estados Unidos, más de 64 millones son hispanos, lo que representa un 19,1% de la población.  

La comunidad hispana se ha consolidado en los últimos años como el grupo minoritario de crecimiento más rápido, lo que supone una mayor influencia no solo a nivel económico y cultural, sino también en el plano electoral. 

La celebración del Mes de la Herencia Hispana se ha extendido a su vez a otras latitudes. La Comunidad de Madrid, por ejemplo, organiza sus propias actividades en conmemoración del legado hispano

El Mes de la Herencia Hispana ya es un fenómeno global que reconoce a las generaciones de hispanos, pasadas y presentes, y su papel vital en la construcción y el avance de una identidad compartida por más de 500 millones de personas en el mundo.  


¿Por qué América se llama América?

Américo Vespucio (Florencia, 1454) era un comerciante y explorador italiano que pasó a la historia por participar en el descubrimiento del Nuevo Mundo e inspirar el nombre con el que se conoce desde 1507 al continente: América.

Aunque archivos históricos de la época demuestran que no fue muy dado a las letras, poco se conoce de su pasado más antiguo. Creció muy ligado a su tío, Guido Antonio Vespucio, al que, con 23 años, acompañó a Francia. Ejerció de su secretario durante dos años, hasta 1480, lo que le permitió codearse con la clase alta francesa y la comunidad diplomática allí afincada. Los rumores apuntan a que en París pudo haber conocido a Bartolomé Colón, que acudió a la corte de Luis XI en busca de financiación para costear la expedición de su hermano, Cristóbal.

Por motivos familiares, como la muerte de su padre, Américo tuvo que vivir hasta 1491 en Italia, donde pudo servir a la rama Popolano de la familia Médici y conocer a grandes referentes culturales de la época. Por aquel entonces, uno de los negocios que Popolano mantenía en la Península Ibérica comenzó a dar malos resultados. En 1492, acordó mandar a Américo a Sevilla para vender, si hacía falta, el negocio. Sevilla era el punto comercial más importante de la corona de Castilla en esas fechas.

En esa misión, Américo conoció a Berardi, uno de los comerciantes más poderosos de Andalucía. En esa época, los negocios de Berardi estaban centrados en el descubrimiento de nuevas rutas comerciales y marítimas. Entre ellas, la que conectaba el viejo continente con el Nuevo Mundo.
A los pocos años, estas rutas se normalizaron y tanto Berardi como Vespucio firmaron un acuerdo con Bartolomé Colón con el objetivo de aumentar la capacidad y velocidad de tránsito. En 1496, con la muerte de Berardi, Américo Vespucio quedó como albacea de su herencia. Ese mismo año, Colón decidió romper las relaciones comerciales con Vespucio.

La presencia real de Américo Vespucio en alguna de las expediciones al Nuevo Mundo ha albergado siempre dudas. Sin embargo, el testimonio de sus dos cartas impresas despejó algunas de las incógnitas. De hecho, la primera de estas dos cartas, titulada Mundus Novus¸ relata su viaje desde Lisboa hasta el incierto territorio que hoy comprende desde Venezuela hasta Brasil.

A las dos cartas impresas se sumaron una serie de cartas familiares o personales publicadas siglos más tarde. Su contenido fue revisado y puesto en duda por las semejanzas que guardaba con el relato de Colón y las numerosas ocasiones en que restaba mérito a la expedición del genovés.
Sea cual sea el relato certero, la versión más extendida es la de que Américo Vespucio participó en dos o tres viajes al Nuevo Mundo, bajo expediciones tanto portuguesas como castellanas.

Viajó bajo las órdenes de los españoles Alonso de Ojeda y Juan de la Cosa, siguiendo el rumbo trazado por una de las expediciones colombinas. Por una orden que impedía a los extranjeros viajar en expediciones españolas, Vespucio buscó enrolarse en una de las portuguesas. Así consiguió viajar con Gonzalo Coelho a Brasil. No obstante, no se sabe si repitió con bandera portuguesa bajo el mando de Fernando Noronha.
De lo que sí se guarda constancia es de que, al volver a Sevilla, Américo fue requerido por la Corte española. Junto a Vicente Yáñez Pinzón, Américo Vespucio fue nombrado capitán de expedición. Para poder hacerlo sin quebrantar la orden, la Corte otorgó a Vespucio la carta de naturaleza con la que se le consideraba castellano de pleno derecho.

La expedición a la islas de la Especiería (islas Molucas) se frustró y Vespucio permaneció unos años trabajando en la Casa de Contratación. En 1508 fue nombrado primer piloto mayor de la casa, un puesto que le impidió seguir navegando, pero que le permitió formar a futuros pilotos en los retos que implicaba el periplo hacia América. En esa condición permaneció hasta su muerte, en febrero de 1512.

Américo Vespucio no tuvo una trayectoria especialmente sonada. Sus dos cartas impresas sirvieron para hacerse un nombre, pero su figura se recuerda por un capricho del destino. Una de sus cartas privadas había caído en manos de Renato II, duque de Lorena, en 1506. En esa carta aparecía un mapa que trataba de representar las tierras ignotas recién descubiertas. Ese texto se popularizó y se tradujo al latín para su difusión. El libro final, elaborado por Rigmann y Waldseemüller, recogía en Cosmographiae introductio este fragmento: “Más ahora que esas partes del mundo (Europa, Asia, África) han sido ampliamente exploradas y otra cuarta parte ha sido descubierta por Américo Vesputio (como se verá por lo que sigue), no veo razón para que no se le llame América, es decir, la tierra de Américo.”

Y así es como, a través de la difusión de un mapa, a partir de 1507, comenzó a conocerse el Nuevo Mundo como América.